“Considerando:
(1) Que toda la historia de la revolución democrática actual en Rusia nos muestra, en líneas generales, un firme ascenso del movimiento hacia formas de lucha contra el absolutismo que van adquiriendo cada vez más un carácter de masas, que son cada vez más decididas y de ofensiva, extendiéndose por todo el país;
(2) Que la huelga política de octubre, al dar por tierra con la Duma de Bulyguin, obligando al gobierno absolutista a proclamar los principios de la la libertad política, mostró la gigantesca fuerza del proletariado y la posibilidad de su acción unánime en todo el territorio de Rusia, pese a todas las deficiencias de las organizaciones de clase;
(3) que la huelga general pacífica, ante el crecimiento ulterior del movimiento, ha resultado ser insuficiente, y la sola aplicación de la misma no logra los fines propuestos y sólo sirve para desorganizar la fuerza del proletariado;
(4) que todo el movimiento revolucionario espontáneo condujo luego a la insurrección armada de octubre, cuando no sólo el proletariado sino también nuevas formas del pobrerío de las ciudades y del campesinado tomaban las armas para defender las libertades conquistadas por el pueblo de los atentados que contra ellas perpetraba el gobierno reaccionario.
(5) que la insurrección de diciembre inauguró una nueva táctica de barricada y demostró en general la posibilidad de una lucha armada abierta del pueblo, incluso contra el ejército moderno;
(6) que gracias a la instauración –pese a las promesas constitucionales– de una dictadura policiacomilitar, en las masas populares madura la conciencia de una necesidad de luchar por un poder verdadero, cuya posesión el pueblo revolucionario podrá lograr solamente una lucha abierta con las fuerzas de la autocracia;
(7) que la autocracia debilita, y desmoraliza a sus fuerzas armadas al utilizarlas para reprimir militarmente a la población, de la cual ellas son parte; al no dar cumplimiento a las reformas militares, que han madurado ya y que todos los elementos del ejército reclaman; al no adoptar medidas para aliviar la desesperada situación de los reservistas y al responder únicamente con el reforzamiento del régimen policíaco-carcelario a todas las exigencias de los soldados y marineros;
Reconocemos y proponemos al Congreso que reconozca:
(1) Que la insurrección armada es, en estos momentos, no sólo el medio necesario de lucha por la libertad, sino un grado del movimiento que se ha alcanzado ya de hecho y que debido al acrecentamiento y a la agudización de la nueva crisis política, abre el paso de las formas defensivas a las formas ofensivas de lucha armada;
(2) que la huelga política general debe ser considerada en el momento actual del movimiento, no tanto como un medio de lucha independiente, sino como un medio de lucha auxiliar con relación a la insurrección; que, por consiguiente, la elección del momento para una huelga de ese carácter, la elección del lugar y del sector de trabajo que aquella debería abarcar, debería estar subordinada al momento y a las condiciones de la forma principal de lucha de la insurrección armada;
(3) que en la labor de propaganda y agitación del partido se debe prestar especial atención al estudio de las experiencias prácticas de la insurrección de diciembre, a la crítica desde el punto de vista militar de la misma, para extraer las enseñanzas directas para el futuro;
(4) que es preciso desarrollar una actividad aún más enérgica, con el fin de aumentar el número de destacamentos de combate, mejorar su organización y su abastecimiento con toda clase de armas; teniendo en cuenta que, conforme lo indica la experiencia, corresponde organizar destacamentos de combate no sólo de miembros del partido, sino también de simpatizantes y aun de los sin partido;
(5) que es indispensable intensificar el trabajo en el ejército, teniendo en cuenta en esos casos que para el éxito del movimiento no es suficiente la sola agitación en el seno de las fuerzas armadas, sino que es indispensable el acuerdo directo con los elementos democrático-revolucionarios dentro de ellas, con miras a las acciones ofensivas más decisivas contra el gobierno;
(6) que en vista del creciente movimiento campesino, que puede en el futuro más próximo estallar en una verdadera insurrección, es conveniente orientar los esfuerzos hacía la unificación de la acción de los obreros y campesinos para organizar, en lo posible, acciones de combate conjuntas y simultáneas.
Acciones de combate guerrilleras
Considerando:
(1) Que a partir de la insurrección de diciembre casi en ninguna parte de Rusia han cesado plenamente las acciones militares, que ahora se manifestaron por parte del pueblo revolucionario en ataques guerrilleros aislados contra el enemigo;
(2) que tales acciones guerrilleras inevitables al existir dos fuerzas armadas hostiles con el desenfreno de la represión momentáneamente triunfante, sirven al mismo tiempo para desorganizar al enemigo y preparar las futuras acciones armadas abiertas y de masa;
(3) que semejantes acciones son también necesarias para la educación combativa y el adiestramiento militar de nuestros destacamentos de combate, los cuales, en muchos lugares, durante la insurrección de diciembre, se encontraron con que no estaba preparados prácticamente para hacer frente a una actividad nueva para ellos;
Reconocemos y proponemos al Congreso que reconozca:
(1) Que el partido debe considerar las acciones de combate guerrilleras de los destacamentos propios o afines, como admisibles y convenientes en el período actual desde el punto de vista de los principios;
(2) que las acciones guerrilleras de combate deben ser coordinadas, por su carácter, con la tarea e educar a los cuadros dirigentes de las masas obreras durante la insurrección y elaborar experiencias de acciones militares ofensivas y sorpresivas;
(3) que como tarea inmediata y principalísima de tales acciones, hay que considerar la destrucción de los aparatos policial y militar del gobierno y la lucha sin cuartel contra las organizaciones de acción de las centurias negras, que recurren a la violencia y el terror contra la población;
(4) que las acciones guerrilleras son admisibles también en los casos de incautación de fondos monetarios pertenecientes al enemigo, es decir, al gobierno absolutista, y la inversión de estos recursos en las necesidades de la insurrección, siendo preciso, en estos casos, prestar la mayor atención al hecho de que los intereses de la población, sean afectados en el menor grado posible;
(5) que las acciones guerrilleras de combate deben realizarse bajo control del partido y de modo tal que las fuerzas del proletariado no sean malgastadas en vano y teniendo en cuenta las condiciones en que se halla el movimiento obrero en la localidad dada y el estado de ánimo de las amplias masas”
Lenin, 20 (13) de marzo de 1906. (Proyecto de resolución para el Congreso de Unificación del POSDR.)