Archivo por meses: julio 2016

32 Organizaciones rebeldes revolucionarias de Shanghai emiten un comunicado urgente (1967) (Documentos sobre la GRCP)

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El Cuartel General de Rebeldía Revolucionaria de los Obreros de Shanghai y otras 31 organizaciones rebeldes revoluciónarias dieron a conocer el 9 de enero un Comunicado Urgente a través de los periódicos de Shanghai «Wenhui Bao» y «Jiefang Ribao«, luego de que 11 organizaciones rebeldes revolucionarias de esta ciudad hicieron público su «Mensaje a Todo el Pueblo de Shanghai«. Los dos periódicos publicaron, junto con este Comunicado, la siguiente cita del Presidente Mao Tse-tung: «Debemos apoyar todo lo que el enemigo combata y oponernos a todo lo que el enemigo apoye«. Cada uno de ellos publicó además una nota de la redacción.

La nota de la redación de «Wenhui Bao«, señala:

Apoyamos enteramente la proposición de diez puntos formulada en el Comunicado Urgente. Esperarnos que todos los rebeldes revolucionarlos de la ciudad cumplan a conciencia estos diez puntos.

Actualmente, la propagación de la corriente ideológica del economismo es una cuestión que merece una seria atención. Este es un nuevo contraataque lanzado por la línea reaccionaria burguesa sobre la línea revolucionaria proletaria. Dentro del Comité Municipal de Shanghai del Partido Comunista de China, tanto el puñado de elementos que ocupan puestos dirigentes y siguen el camino capitalista como el pequeñísimo número de personas que se aferran obstinadamente a la línea reaccionaria burguesa han empezado a derrumbarse políticamente. Es inevitable que lancen un nuevo ataque desde el ángulo económico. Este nuevo ataque apunta directamente al cuartel general proletario y a la política de «empeñarse en la revolución y promover la producción» formulada por el Presidente Mao. Debemos repeler con la mayor resolución este nuevo contraataque de la línea reaccionada burguesa.

Cualquier acto que sabotee la producción y las finanzas del Estado y socaven la gran revolución cultural, es contrarrevolucionario. Masas de rebeldes revolucionarios y obreros y empleados revolucionarios: ¡Entren en acción para llevar plenamente a efecto la política de «empeñarse en la revolución y promover la producción»! ¡Pongan al desnudo los nuevos complots del puñado de elementos que ocupan puestos dirigentes y siguen el camino capitalista y de aquellos que aplican obstinadamente la línea reaccionaria burguesa en el Comité Municipal del Partido de Shanghai, y, al mismo tiempo, permanezcan firmes en sus puestos de producción y construcción y realicen bien el trabajo productivo, a fin de conquistar una victoria doble en la revolución cultural y en la producción!

La nota de la redacción de «Jiefang Ribao» dice:
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Los fallos de los anarquistas (1967) (Documentos sobre la GRCP)

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1) El anarquismo niega el poder del proletariado y se opone al pensamiento de Mao Tse-tung. «Nosotros no reconocemos ninguna autoridad basada en la confianza. Todas las reglas y todas las restricciones deben ser abolidas«.

Todas estas negativas vuelven a rechazar toda autoridad, incluso el poder del proletariado, y en particular el poder absoluto del pensamiento de Mao Tse-Tung.

2) El anarquismo niega toda dirección justa al pensamiento de Mao Tse-tung e invita a bombardear el cuartel general del proletariado. «¡Viva la sospecha hacia todos! Rechazar todo, invertirlo todo! ¡Abajo todos los gobernadores, eliminar todas las barreras!«¿Significa esto que la dirección del cuartel general del proletariado, representado por el Presidente Mao, deberá ser parte, también, de la sospecha?, ¿debe ser rechazada y revertida?, ¿debe considerarse también como una «barrera» y «suprimirlo»?

3) El anarquismo suprime la diferencia fundamental existente entre la dictadura del proletariado y la dictadura burguesa, se opone a la dictadura del proletariado.

«¡Transformar todos los órganos actuales de la dictadura del proletariado!

¡Reformar totalmente la dictadura del proletariado! ¡Abajo con toda la burocracia, abajo todos los mandarines!»

Todas estas consignas son realmente dirigidas contra el cuartel general del proletariado.

4) El anarquismo socava la gran alianza de los revolucionarios proletarios. «¡Viva la fracción revolucionaria!, ¡que cada grupo luche por lo suyo, que cada individuo luche por sí mismo! Todo estará bien cuando el desorden sea lo suficientemente grande como para forzar a todos a ser su propio grupo de combate!«. Debemos combatir la forma de disciplina revisionista burguesa. Pero jamás la disciplina revolucionaria proletaria. Debemos transformar en desorden el viejo orden burgués revisionista. Pero jamás transformar en desorden el nuevo orden proletario o la gran alianza de los revolucionarios.

5) El anarquismo trastorna la lucha por la toma del poder por los revolucionarios proletarios. «¡Negar toda forma de poder!, ¡llevar a cabo la anarquía antes de nada!, ¡obedecer las instrucciones de los dirigentes proletarios es de «mentalidad de esclavo»!

Aquellos que difunden estas ideas se oponen a la toma del poder por la revolución proletaria.
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El paso decisivo (Documentos sobre la GRCP)

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Al leer el editorial de «Bandera Roja» aparecido el 3 de octubre de 1966, muchos chinos comprendieron que la Revolución Cultural proletaria tomaría desde ese momento un nuevo giro. En sus resultados finales, el verano habla sido un período indeciso. Habla tenido lugar ese extraño episodio de junio y julio, cuando los grupos de trabajo fueron bruscamente creados y puestos en funciones y después, en forma también brusca, retirados, no sin dejar tras ellos algunos recuerdos amargos. Después se empezó a hablar de otra cosa, de la Cuadrilla Negra nuevamente y de sus fechorías, de la lucha contra la tradición, de la burguesía. Y después hubo todo aquello de los guardias rojos, que iban y venían, que hacían mucho ruido y agitaban. El problema de los grupos de trabajo habla terminado y, sin embargo, su presencia en las universidades había originado varios problemas, a juzgar por las polémicas y las riñas que se habían suscitado y que aún hoy proseguían, de acuerdo con algunos rumores. Y, ¿cómo explicarse que Liu Shao-chi y Teng Siao-ping ya no sean, como en otros tiempos, fotografiados y citados al lado del presidente Mao? Algunas personas pretenden que estos dos personajes cometieron graves errores en el período de los grupos de trabajo. ¿No parece acaso verosímil que ambas cosas estén ligadas entre sí?

El número 13 de «Bandera Roja» apareció al día siguiente de la Fiesta Nacional que ese año estuvo caracterizada no por deefiles de tanques con flores o exhibiciones artísticas sino por un inmenso desfile de más de dos millones de guardias rojos y «rebeldes» que duró siete horas y que empezó a disipar la indecisión y las interrogaciones.

En las fábricas, las escuelas, las oficinas, por todas partes, se organizaron lecturas colectivas de este editonal. También se confirmaba de manera oficial que, en algunos lugares, se continuaba ejerciendo la represión contra los revolucionarios; que aquellos que habían sido falsamente acusados no habían recibido satisfacciones ni se les había rehabilitado y que algunas personas mal intencionadas continuaban incitando a los grupos de estudiantes a pelear entre sí.

Por primera vez, los lectores y auditores del editorial notaron la aparición de términos nuevos. Se hablaba de una lucha entre dos líneas en el seno del Partido. Se dejaba entender con toda claridad que, desde el inicio de la Revolución Cultural hasta ese día, se manifestaba en la dirección del Partido una verdadera corriente reaccionaria opuesta a la linea de Mao Tse-tung.

Los chinos que tenían la experiencia de las batallas que habían ocurrido desde la Liberación del acordaron del asunto Kao Kang, en 1952, y la campaña contra la derechistas en 1957. Muchas personas comprendieron que, desde ese momento, se asistiría a luchas semejantes. No todos se dieron cuenta de que las luchas que se anunciaban rebasarían en amplitud a todas aquellas que hablan sido vistas hasta entonces.
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El «primer ‘dazibao’ marxista-leninista nacional» (Documentos sobre la GRCP)

 

El 25 de mayo de 1966 se coloca en la Universidad de Pekín uno de estos cartelones(1), que causó un gran revuelo. Fue firmado por siete personas, entre ellas una profesora de filosofía, Nie Yuan-tsi. Esta maestra se convirtió más tarde en dirigente del Comité Revolucionario de Pekín hasta que fue gravemente herida durante un incidente en la primavera de 1968(2). En este dazibao podía leerse una violenta critica de dos responsables de los asuntos universitarios en la municipalidad de Pekín y del rector de la Universidad; los tres, altos cuadros del Partido y colaboradores de Peng Cheng. Los siete firmantes del cartel enumeraban las diversas limitaciones impuestas al movimiento de la Revolución Cultural en la Universidad por esas tres personas, principalmente la intención de despojar al movimiento de su carácter político para conferirle uno puramente académico, la prohibición de colgar dazibaos y la constante insistencia acerca de la necesidad de reforzar la «dirección» y darle una «justa» orientación. El dazibao denunciaba esas maniobras y afirmaba categóricamente que era indispensable movilizar a las masas sin reservas, desarrollar al máximo el empleo de cartelones, celebrar reuniones de discusión y combatir resueltamente las intrigas revisionistas de los responsables que se opusieran tanto al Partido como al socialismo.

Este cartelón, que expresaba un gran espíritu de decisión y una audacia revolucionaria para criticar a las personas aunque ocupen altos puestos, tuvo un eco considerable, puesto que el propio Mao Tse-tung, al saber de él, solicitó que fuese difundido en la radio y en los periódicos del 19 de junio. El movimiento de revuelta contra los responsables del Partido sospechosos de seguir el camino burgués recibió todo el apoyo y se convirtió en un ejemplo a imitar en todo el pais. Este suceso constituyó indudablemente un viraje de la Revolución Cultural. La audacia de la critica fue estimulada. Las universidades chinas entraron en efervescencia y se cubrieron de cartelones rebeldes. El dazibao del 25 de mayo de 1966 fue denominado «el primer dazibao marxista-leninista nacional«.
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Denunciar los engaños de paz de Johnson (1968) (Documentos sobre la GRCP)

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El líder del imperialismo estadounidense, Lyndon Johnson, ha puesto en marcha lo que él llama un programa de «suspensión parcial de los bombardeos«, programa hecho para falsear la paz, pero en menos de dos semanas, incluso antes de que su complot se haya ejecutado completamente, las intenciones asesinas de Johnson salieron a la luz.

Un gran número de hechos que han demostrado que la estratagema de Johnson ha sido un truco, puro y simple, un gran engaño.

¿Qué hizo el gobierno de Johnson durante los últimos quince días?

En el momento preciso en que Johnson llamaba a «lograr la paz» en Vietnam, el gobierno estadounidense adaptaba una serie de medidas destinadas a intensificar su guerra de agresión. Llevó a cabo una llamada a las armas a 24.500 reservistas de las fuerzas terrestres, de mar y aire, se prepararon para llevar a casi 550.000 efectivos destinados a la agresión en Vietnam. El gobierno de Estados Unidos tuvo problemas para mover sus tropas y sus comandantes. Así que reemplazó a Westmoreland, comandante de las tropas de la agresión norteamericana en Vietnam por Craighton Abrams, al que la población de Vietnam del Sur también ha infligido muchas derrotas.

Por otra parte, el gobierno de Estados Unidos está preparado para llevar a cabo nuevos despliegues militares en el campo de batalla de Vietnam del Sur.

Exigió a la industria militar de Estados Unidos acelerar su producción masiva de armas, con el fin de reforzar el equipamiento de las fuerzas de agresión americanas en Vietnam, así como las fuerzas títeres de Vietnam del Sur.

Llamó a todos sus cómplices en la agresión contra Vietnam a una reunión, con el fin de intensificarla.
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Declaración de cuatro organizaciones de obreros, campesinos y guardias rojos revolucionarios de Pekín para apoyar la lucha de los obreros y de los estudiantes franceses (1968) (Documentos sobre la GRCP)

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En este momento, en todo el mundo capitalista encabezado por el imperialismo estadounidense, la crisis política y económica se está acelerando, un basto e impetuoso movimiento de estudiantes y de obreros se levanta y está en pleno apogeo. En Francia, muchos jóvenes estudiantes que llevan en alto la gran bandera revolucionaria salieron a las calles. Los movimientos obreros y estudiantiles franceses son de una amplitud y de un poder sin precedentes desde el fin de la II Guerra Mundial. Al igual que las olas del mar embravecido, ascienden y atacan violentamente a la sociedad capitalista en descomposición.

A pesar de los innumerables ríos y montañas que separan París y Pekín, la lucha del pueblo francés está estrechamente ligada a la nuestra.

Con gran emoción seguimos cada acción revolucionaria de la clase obrera y de los estudiantes franceses. Apoyamos sinceramente cada una de sus victorias. Sean cuales sean los huracanes, dificultades y contratiempos que se encuentren los franceses a lo largo del camino de la lucha revolucionaria, siempre estaremos al lado de la clase obrera y al lado de los jóvenes estudiantes en Francia y en nuestro corazón latirá al unísono con el del pueblo francés.

La lucha de los obreros y estudiantes de Francia no es fortuita. Es el resultado inevitable del desarrollo de las contradicciones dentro de todo el sistema capitalista, con el imperialismo norteamericano a la cabeza.

Al igual que los otros países capitalistas de América del Norte y de Europa, Francia se enfrenta a una grave crisis política y económica, la burguesía refuerza la explotación y la opresión cruel de los obreros. Los pueblos trabajadores viven cada vez más en la miseria, nuestro gran líder el Presidente Mao enseña: «Donde hay opresión, hay resistencia«.

La lucha revolucionaria del pueblo francés es absolutamente inevitable, como la lucha revolucionaria de los pueblos de los diversos países capitalistas encabezados por el imperialismo norteamericano, como la lucha llevada a cabo por los pueblos de los países bajo el control de camarillas de renegados revisionistas.
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El papel desempeñado por los guardias rojos (Documentos sobre la GRCP)

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La actividad de la Guardia Roja respondió a dos objetivos principales: el primero de tipo psicológico y el segundo de carácter político. Ambos tenían como finalidad aumentar el número de participantes voluntarios en la realización de la Revolución Cultural proletaria.

En agosto de 1966, dicha participación presentaba un desarrollo muy desigual. Había suscitado debates y efervescencia en las universidades y bachilleratos, pero en menor medida en las fábricas y oficinas. Por otra parte, la Revolución Cultural se desarrollaba y concentraba sobre todo en Pekín y, en una escala menos, en Cantón y Shangai, que habían sufrido también su influencia. En consecuencia, era necesario modificar esta situación.

Para empezar, era preciso golpear las conciencias por medio de manifestaciones espectaculares y aportar pruebas palpables de que la lucha de clases entre el proletariado y la burguesía no había desaparecido todavía. Una vez que se hubiese logrado crear atmósfera, se podría incorporar más fácilmente a la población en el movimiento. Bruscamente, y con toda la fuerza que puede demostrar, el aparato de propaganda del Partido enfocó sus baterías sobre los guardias rojos de Pekín que, al salir de los recintos de sus escuelas, se esparcían por la ciudad. Una de sus primeras acciones consistió en rebautizar las caIles y los nombres de las tiendas que evocaban a la antigua China imperial y recubrir con Pintora blanca las efigies de los mandarines pintadas en los pórticos de madera del parque del Palacio de verano. Este paso tenía como objeto hacer resaltar, partiendo de un ejemplo muy simple y comprensible para todo mundo, la persistencia de las influencias feudales en el seno del régimen socialista. Esta acción provocó que los guardias rojos fueran calificados, de manera demasiado exagerada, de iconoclastas fanáticos por la prensa occidental. Sin embargo, la destrucción y el vandalismo fueron fenómenos muy limitados, porque las autoridades habían tomado la precaución de cerrar los museos y proteger los monumentos desde los primeros días de la Revolución Cultural. (1)

La segunda acción emprendida por los guardias rojos fue indagar y perquirir las casas de los antiguos capitalistas y propietarios de bienes y raíces. En sus casas confiscaron oro, joyas, pipas y reservas de opio que los antiguos propietarios conservaban, así como armas y viejos títulos de propiedad. Estos hechos fueron dados a conocer por la prensa china y los objetos requisados fueron expuestos al público y presentados como pruebas de que la burguesía seguía existiendo y que aún no habla perdido la esperanza de que volverían los «buenos tiempos». Estas acciones de los guardias rojos fueron acompañadas en algunas ocasiones por inútiles violencias que contribuyeron a crear la imagen poco halagüeña que de ellos trazó la prensa occidental, aunque deformando y exagerando siempre los hechos y su verdadera magnitud.
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No olvidar nunca la lucha de clases (1968) (Documentos sobre la GRCP)

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La publicación de nuestro editorial «Enarbolar la gran bandera roja del pensamiento de Mao Tse-tung; participar activamente en la gran revolución cultural socialista» ha provocado grandes repercusiones tanto dentro como fuera de nuestro Ejército. Las amplias masas de obreros, campesinos y soldados, y los cuadros revolucionarios, mostrando elevado entusiasmo revolucionario, nos han enviado gran número de artículos y cartas. Están participando activamente en la lucha y haciendo explícita su inmensa indignación contra la línea negra antipartido y antisocialista en el campo cultural. Comprenden que la actual gran polémica en el frente cultural no es en absoluto una cuestión que concierne solamente a unos cuantos artículos, obras teatrales y películas, ni se reduce meramente a un debate académico. Se trata de una lucha de clases extremadamente aguda. Es una lucha para defender el pensamiento de Mao Tse-tung, una lucha en torno a una cuestión cardinal de principios. Es una encarnizada y prolongada lucha sobre la cuestión de «quién vencerá a quién» en el dominio de la ideología: el proletariado o la burguesía.

Debemos esforzarnos al máximo en la promoción de la ideología proletaria y en la eliminación de la ideología burguesa en el trabajo académico, la enseñanza, el periodismo, la literatura y el arte, y demás esferas de la cultura. Esta es una cuestión clave que afecta la profundización de la revolución socialista de nuestro país en la presente etapa, una cuestión que atañe a la situación en su conjunto y un problema de importancia primordial que concierne al destino y al futuro de nuestros Partido y Estado, así como a la revolución mundial. Ninguno de nosotros, los combatientes revolucionarios, debe mantenerse de brazos cruzados o indiferente ante esta lucha. Respondiendo al llamado del Partido, debemos enarbolar la gran bandera roja del pensamiento de Mao Tse-tung, tomar parte activa en esta lucha de clases y llevar resueltamente hasta el fin la gran revolución cultural socialista.

El Presidente Mao Tse-tung nos enseña que en la sociedad socialista aún existen clases y la lucha de clases y que prosigue todavía la lucha entre el camino del socialismo y el del capitalismo.

La revolución socialista en el frente económico (en la propiedad sobre los medios de producción) no es suficiente ni se consolida por sí sola. Hace falta además una revolución socialista completa en los frentes político e ideológico.

Es necesario un período muy largo para decidir quién vencerá en la lucha entre el socialismo y el capitalismo en los campos político e ideológico. Para conseguir el éxito, no bastan unos decenios, serán necesarios de cien a centenares de años. De hecho, como ha señalado el Presidente Mao, durante los 16 años transcurridos desde la liberación no ha habido un año, un mes, ni siquiera un día, en que la lucha de clases en el frente cultural haya cesado.
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De Bernstein a Liu Shao-chi (1969) (Documentos sobre la GRCP)

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La «teoría de las fuerzas productivas» es una tendencia ideológica del revisionismo internacional. Según esta «teoría», la revolución socialista es absolutamente imposible en un país donde el capitalismo no esté muy desarrollado, donde las fuerzas productivas no hayan alcanzado un alto nivel y la economía rural esté dispersa y atrasada. Según esta teoría, el socialismo se llevará a cabo de forma natural cuando el capitalismo se desarrolle plenamente y cuando las fuerzas productivas se desarrollen enormemente.

Por más de medio siglo, de Bernstein, Kautsky, Trotsky a Chen Tu-siu y Liu Shao-chi, este puñado de renegados del proletariado quisieron hacer pasar esta teoría absurda por materialismo histórico, usándola como argumento teórico para oponerse a la revolución proletaria.

No fue casualidad que la «teoría de las fuerzas productivas» haya surgido a finales del siglo XIX y a principios del siglo XX. El capitalismo mundial se había desarrollado hasta su etapa agónica, es decir, la etapa del imperialismo, en la cual la revolución proletaria estaba a la orden del día. Para satisfacer las necesidades de los imperialistas, los revisionistas de viejo tipo de la II Internacional -Bernstein, Kautsky y Cía.- difundieron esta falacia con la intención de oponerse y estrangular la revolución proletaria desde dentro del movimiento obrero.

Bernstein fue el primero en presentar esta falacia en 1899 en su libro «Las premisas del socialismo y las tareas de la socialdemocracia«. Sostuvo que el capitalismo podía llegar pacificamente al socialismo a medida que las fuerzas productivas sociales se desarrollasen altamente. Por lo tanto, dijo, la revolución por la fuerza armada se convertiría en pura fraseología. Declaró arbitrariamente que la victoria del socialismo sólo podía depender del progreso general de la sociedad, en especial del aumento de las riquezas sociales o del crecimiento de las fuerzas productivas sociales, acompañadas de la madurez de la clase obrera en términos de conocimientos y moralidad. Llegó a la conclusión de que el sistema capitalista no debe ser destruido, sino que hay que fomentar su desarrollo.
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Aparición de la Guardia Roja (Documentos sobre la GRCP)

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La aparición de la Guardia Roja es una de las primeras consecuencias de la 11ª sesión plenaria. La Guardia Roja es una organización de masas que agrupa a los alumnos de bachillerato y universidades y algunos profesores, La Guardia Roja no nació bruscamente. Ya se ha señalado que su existencia se remonta al principio de las luchas en bachilleratos y universidades. Desde ese entonces, los alumnos y profesores revolucionarios habían formado grupos más o menos amplios que se dedicaban a criticar los métodos pedagógicos burgueses y aquellos que los aplicaban. Durante el período de los grupos de trabajo, ocurrió con frecuencia que estos núcleos revolucionarios fueron reducidos a una actividad semiclandestina, pues se les expuso a vivos ataques. Es probable que a su regreso a Pekín, a mediados de julio, Mao Tse-tung se haya interesado en establecer contacto con estos núcleos y los haya animado a perseverar en su actividad. El comunicado oficial de la 11ª sesión plenaria del Comité Central indicaba, en todo caso, que los representantes de estos grupos(1) asistieron a esta reunión que significó un obstáculo para la linea de Liu Shao-chi y Teng Siao-ping. A partir del 22 de agosto se generalizó la organización de estos grupos, tanto en Pekín como en todo el territorio de China. Se crearon núcleos en todos los establecimientos de enseñanza.

Uno de los reproches que se le hacían a la orientación adoptada por la práctica pedagógica, antes de la Revolución Cultural, era que desfavorecería a los alumnos de origen obrero y campesino. Éstos, por razones comprensibles, encontraban menos ayuda en su medio familiar para realizar sus estudios, cuyo carácter puramente intelectual y cortado de la práctica era ostensible. Por el contrario, los hijos de ex burgueses tenían que realizar menos esfuerzos para asimilar una enseñanza que, en múltiples aspectos, no se había liberado de la influencia de la pedagogía tradicional. Sin duda alguna, esto explica que los hijos de ex burgueses hayan sido bastante numerosos en las universidades y justifica la acusación contra los responsables de ciertos establecimientos de enseñanza en el sentido de que se habla adoptado una actitud discriminadora y hostil hacia los hijos de obreros y campesinos. Sólo estos últimos fueron autorizados a ingresar en la Guardia Roja, que practicó entonces la discriminación a la inversa.(2)
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Comunicado del Comité Central del Partido Comunista de la India (Maoista) ante la Celebración del 50 Aniversario de la Gran Revolución Cultural Proletaria y el Histórico Levantamiento de Naxalbari, el Centenario la Revolución Socialista Rusa y el Bicentenario del Nacimiento de Karl Marx

 

La Red de Blogs Comunistas, que ha asumido la responsabilidad y el empeño de ser la voz del Partido Comunista de la India (Maoista) en castellano, y portavoz de la Revolución Naxalita, ha traducido al español su último comunicado, que llama a celebrar el Quincuagésimo aniversario de la Gran Revolución Cultural Proletaria y el Histórico Levantamiento de Naxalbari, el Centenario de la Revolución Socialista Rusa, y el Bicentenario del Nacimiento de Karl Marx.

Lo compartimos para su difusión:

 

PARTIDO COMUNISTA DE LA INDIA (MAOÍSTA)
COMITÉ CENTRAL

16 de marzo de 2016

 

¡CELEBREMOS EL QUINCUAGÉSIMO ANIVERSARIO DE LA GRAN REVOLUCIÓN CULTURAL PROLETARIA (GRCP) Y EL HISTÓRICO LEVANTAMIENTO ARMADO DE NAXALBARI, EL CENTENARIO DE LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA RUSA, QUE ESTREMECIÓ A LA HUMANIDAD TODA, Y EL BICENTENARIO DEL NACIMIENTO DE KARL MARX, EL GRAN MAESTRO DEL PROLETARIADO INTERNACIONAL, CON ESPÍRITU Y ENTUSIASMO REVOLUCIONARIOS!

 

Llamamiento del Comité Central

Queridos camaradas, amigos de la Revolución india, obreros, campesinos, masas trabajadoras,

Dentro de poco vamos a celebrar cuatro aniversarios de importancia histórica para el proletariado mundial. La Gran Revolución Cultural Proletaria (GRCP), que cumple su quincuagésimo aniversario este año, fue el sin par levantamiento revolucionario de las masas en la China socialista que dirigía Mao y en el seno del Partido Comunista. Su objetivo fue someter todos y cada uno de los ámbitos de la superestructura cultural a la base económica socialista del país, fomentando la más activa participación de las amplias masas trabajadoras en la lucha contra la cultura burguesa y reaccionaria. En la GRCP se agudizó intensamente la lucha de clases contra los partidarios del camino capitalista emboscados en las filas del Partido Comunista, fue una continuación de la lucha antirrevisionista del Gran Debate y marcó una nueva etapa en el desarrollo de la Revolución china. La GRCP corroboró la lección que nos enseñara Mao en el sentido de que se necesitarán muchas revoluciones culturales en el proceso de construcción y consolidación del socialismo que conduce al comunismo. En el plano internacional, creó las condiciones y el contexto para lograr una ruptura decisiva con el revisionismo en los movimientos comunistas de muchos países, la formación de partidos marxistas-leninistas y una nueva oleada de guerras revolucionarias campesinas. En la India, el gran levantamiento armado revolucionario campesino de Naxalbari, del que se van a cumplir 50 años, estuvo influido e inspirado por la GRCP. Naxalbari fue un acontecimiento rompedor que, bajo la dirección del camarada Charu Majumdar –el gran dirigente, maestro y precursor del PCI (Maoísta) junto con Kanhai Chatterji–, marcó un nuevo comienzo en la historia de la Revolución democrática india. También se está acercando el centenario de la victoria de la gran Revolución socialista rusa, que aplastó el poder político de las clases capitalista y feudal por medio de la insurrección armada y que, por vez primera, estableció un nuevo Estado de la clase obrera y de las masas trabajadoras bajo la dirección de los camaradas Lenin y Stalin. Dicho Estado emprendió la tarea de construir el socialismo y sentó las bases de un sistema socialista, preparando así el terreno para la transición al comunismo. La Revolución bolchevique contó con la guía correcta de la ideología proletaria del Marxismo y del partido revolucionario del proletariado. Adoptó la estrategia y la táctica correctas y llevó a cabo una lucha implacable contra el oportunismo de derechas y de “izquierdas” tanto en el partido como en el país. En el transcurso de la construcción del socialismo y de la lucha contra el oportunismo nacional e internacional, el Marxismo se desarrolló hasta alcanzar una etapa nueva y superior: el Leninismo o Marxismo-Leninismo. Se aproxima asimismo el bicentenario del nacimiento de Karl Marx, fundador de la ideología proletaria y del socialismo científico, el gran filósofo revolucionario que formuló una teoría y un método absolutamente novedosos. Marx mostró un nuevo camino a una humanidad cuyo desenvolvimiento se produce en el curso de una enconada lucha de clases y en la lucha contra la ideología, la economía, la política y la cultura burguesas y pequeño burguesas, así como en el combate contra el oportunismo de derechas y de “izquierdas” en el seno del movimiento obrero. El Marxismo marcó el amanecer de una nueva época para la humanidad, aherrojada durante miles de años por la explotación y la opresión de clase, y convirtió en una posibilidad real la transición a una sociedad sin clases, es decir, al reino de la libertad.
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Tres grandes luchas en el frente filosófico de China (1972) (Documentos sobre la GRCP)

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Después de 1949, año en que nació la República Popular de China, se libraron tres importantes luchas de principios en el frente filosófico de nuestro país, a saber: la lucha en torno a la cuestión de la base económica y la superestructura, la lucha en torno a la cuestión de si existe identidad entre el pensar y el ser, y la lucha en torno a la cuestión de que «uno se divide en dos» y «dos se integran en uno».

Las tres luchas fueron provocadas, una tras otra, por Yang Sien-chen, agente del renegado, traidor oculto y vendeobreros Liu Shao-chi en los círculos filosóficos, en coyunturas cruciales de la lucha entre las dos clases (el proletariado y la burguesía), los dos caminos (el socialismo y el capitalismo) y las dos líneas (la marxista y la revisionista). Se trataba de recias batallas entre el materialismo dialéctico y el materialismo histórico, por una parte, y el idealismo y la metafísica, por la otra. Fueron un reflejo, en el frente filosófico, de la aguda lucha de clases nacional e internacional.

En su informe ante la II Sesión Plenaria del VII Comité Central del Partido Comunista de China, celebrada en marzo de 1949, el gran líder el Presidente Mao señaló que, después de conquistada la victoria de la revolución en todo el país, la contradicción principal en la sociedad china era la «contradicción entre la clase obrera y la burguesía«, y llamó al pueblo a continuar haciendo la revolución, fortalecer la dictadura democrática popular, es decir, la dictadura del proletariado y «construir un gran Estado socialista«.

A fines de 1952, el Presidente Mao dio un paso más formulando la línea general para el período de transición: llevar a cabo gradualmente la industrialización socialista y efectuar gradualmente la transformación socialista de la agricultura, la artesanía, y la industria y comercio capitalistas.

Por el contrario, Liu Shao-chi, en descarada oposición al espíritu de la II Sesión Plenaria del VII Comité Central del Partido, predicó desesperadamente desde 1949 que «la explotación tiene sus méritos» y abogó por el desarrollo del capitalismo.
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