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La vida del bolchevique Serguéi Kirov

Sergei_Kirov

 

 

 

Infancia y Adolescencia

 

 

En una lejana y oscura ciudad del distrito de Vyatka, nacía en 1886, hace, por lo tanto, medio siglo, un hombre que más tarde se convertiría en uno de los más notables y brillantes de nuestro tiempo: el auxiliar, el colaborador y amigo de Stalin.

Esta vida surgió entre las capas miserables de la vieja sociedad, en un rincón de la ciudad y rodeada de oscura pobreza.

El distrito de Vyatka, situado en los confines septentrionales del Imperio, era muy conocido por los deportados políticos. Por la carretera de Vyatka pasaban los decembristas escoltados por guardias y, después, Herzen y Saltykov-Chetchedrine e los insurgentes polacos. Por allí pasaban también, hacia el exilio, los tejedores de Morezov. Los habitantes de Urjum todavía recuerdan el ruido que producían los grilletes de los exiliados al pasar por la carretera.

Urjum, donde nació Kirov, era una de las ciudades más abandonadas de la región de los Urales, situada entre pantanos y bosques y alejada de cualquier estación de ferrocarril. Sus habitantes estaban condenados a una vida pobre y eran muchos los que partían para ganarse el pan en el Ural o en Siberia.

Durante muchos años, Miron Kostrikov, padre de Kirov, trató en vano salir de la pobreza. Sólo le quedaba un recurso: buscar trabajo en el Ural. Y allá se fue solo, sin la familia, desapareciendo sin volver a dar señales de vida.

En aquella época, el hijo de Kostrikov, Serguéi, tenía sólo cuatro años de edad. Tenía dos hermanas, una mayor y otra más joven que él. Los niños fueron entregados a la madre, Catalina Kuzminitichna o Kusmovna, como la llamaban los vecinos. La pobre mujer se deslomaba para alimentar, apenas, a los tres niños. En aquel pequeño pueblo perdido, se dedicaba a cualquier trabajo que le apareciese; lo mismo lavaba rápidamente la ropa, que limpiaba los baños o cosía de casa en casa. Este duro trabajo, unido a las perpetuas privaciones que soportaba, terminaron matándola. Serguéi tenía siete años, cuando Catalina Kuzminitichna murió de tuberculosis.
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