Criticamos el viejo mundo (1966) (Documentos sobre la GRCP)

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El rápido e impetuoso desarrollo de la gran revolución cultural proletaria en nuestro país ha causado una conmoción en el mundo.

Algunos dicen: «Los 700 millones de chinos son todos críticos«. Sean quienes sean los que lo han dicho, bienvenido sea, ya que estas palabras reflejan un hecho: las grandes masas de obreros, campesinos y soldados, los cuadros revolucionarios y los intelectuales revolucionarios de nuestro país, armados con el pensamiento de Mao Tse-tung, critican, en una escala sin precedentes, el viejo mundo, las viejas cosas y las viejas ideas.

Criticamos los sistemas de explotación, las clases explotadoras, el imperialismo, el revisionismo moderno, todos los reaccionarios y los terratenientes, los campesinos ricos, los contrarrevolucionarios, los malos elementos y los elementos de la derecha. Criticamos a los representantes de la burguesía, los «eruditos» y las «autoridades» de la burguesía.

Criticamos la concepción burguesa de la historia, las teorías académicas burguesas de todo tipo, la pedagogía y el periodismo de la burguesía, la concepción del arte y de la literatura, criticamos todas sus obras de teatro, y todas sus obras literarias y artísticas nefastas.

En una palabra, criticamos el viejo mundo y la vieja ideología, la vieja cultura, las viejas costumbres y hábitos que los imperialistas y todas las clases explotadoras utilizan para envenenar al pueblo trabajador; criticamos a todas las ideologías no proletarias, todas las ideas reaccionarias que son antagónicas al marxismo-leninismo y al pensamiento de Mao Tse-tung.

¿Por qué debemos criticar todo esto?

Porque esta crítica es absolutamente necesaria para la consolidación de la dictadura del proletariado, porque es absolutamente necesaria para la construcción del socialismo y del comunismo, porque cumple con la ley del desarrollo de la historia. Lenin consideraba que después de la derrota de la burguesía, la fuerza de esta última superaba por un período más largo a la del proletariado y en el campo de la ideología, en particular, tenía durante un período más largo el equilibrio y se manifestaba obstinadamente. Las fuerzas burguesas se esfuerzan para tomar ventaja de esto y preparar el dominio espiritual y la opinión pública para una vuelta al capitalismo. A través de los 17 años transcurridos desde la liberación, de las luchas largas y amargas que se han sucedido en China entre los dos clases y las dos vías en los frentes ideológicos y culturales.

Estas luchas, y en particular la lucha que está recientemente más abierta entre la burguesía que trabaja para la restauración del capitalismo y el proletariado, que se opone, ha demostrado plenamente esto.

El Presidente Mao Tse-tung dijo hace mucho tiempo que con todo lo reaccionario ocurre igual: si no lo golpeas, no cae. Esto es como barrer el suelo: por regla general, donde no llega la escoba, el polvo no desaparece solo. Esto es así en todas las cosas del mundo. Debemos destruir el viejo mundo antes de construir uno nuevo. Para construir la nueva ideología, la nueva cultura del socialismo y del comunismo, debemos criticar y liquidar completamente la vieja ideología, la vieja cultura de la burguesía y su influencia.

La esencia misma del marxismo-leninismo es crítica y revolucionaria. Está basada en la crítica, la lucha y la revolución. Lo que aplicamos es la filosofía militante del materialismo dialéctico.

La lucha, es la vida misma. Tenemos una fuerza de combate mucho más grande y somos especialmente capaces de progresar en nuestra gran causa a medida que avanzamos por un largo camino de lucha correcta.

El Presidente Mao Tse-tung ha subrayado a menudo: «Sin destrucción, no hay construcción; sin represa, no hay corriente; sin reposo, no hay progreso«. La destrucción en cuestión, es la crítica, la revolución.

Para la destrucción, es necesario razonar; razonar es construir. La destrucción que viene en primer lugar, será naturalmente acompañada de la construcción. Es precisamente en la lucha ininterrumpida contra el sistema ideológico burgués que el marxismo-leninismo y el pensamiento de Mao Tse-tung se asienta y desarrolla. El Presidente Mao Tse-tung dijo: «Lo correcto se desarrolla siempre en el proceso de la lucha contra lo erróneo. Lo verdadero, lo bueno y lo hermoso sólo existen en comparación con lo falso, lo malo y lo feo y siempre se desarrollan en lucha con ellos«. ¿En qué se basa para llevar a cabo la crítica? En las más amplias populares, los obreros, los campesinos y los soldados, los cuadros y los intelectuales revolucionarios. En la guerra revolucionaria, las masas criticaron el viejo mundo echando mano de las armas y tomaron el poder. Después de la victoria, utilizaron el arma de la crítica contra todo lo malo heredado del imperialismo, los terratenientes y la burguesía. Solamente cuando los 700 millones de chinos aprovecharon, para criticar, el arma más afilada, el pensamiento de Mao Tse-tung, el polvo dejado en cada rincón de la burguesía se pudo quitar en mayor medida y la ideología de las clases explotadora,s que ocupan desde hace varios miles de años las posiciones de monopolio y de dominación, pudieron ser extirpadas más radicalmente. Sólo si las masas populares más amplias asimilan la visión proletaria del mundo y critican la concepción burguesa del mundo, si ellos agarran el marxismo-leninismo, el pensamiento de Mao Tse-tung, y critican las ideas revisionistas, se puede garantizar que nuestro país lleve a su fin la revolución socialista, que nuestro país pase gradualmente del socialismo al comunismo. «700 millones de críticos«.

Este es un evento extraordinario, un evento que hace época y que demuestra que el pensamiento de los 700 millones de chinos es libre, que los 700 millones de chinos se presentan de todas los tamaños y que ya no son más esclavos de la vieja cultura y de la vieja ideología del imperialismo y de las clases explotadoras.

No es casualidad que los 700 millones de chinos se hayan vuelto críticos. Es un nuevo fenómeno que aparece bajo la dictadura del proletariado, un nuevo fenómeno que surge a la luz del pensamiento de Mao Tse-tung. Es una situación nueva que iba a ocurrir después de la asimilación del pensamiento de Mao Tse-tung por las grandes masas de obreros, de campesinos y de soldados. Es el gran despertar de las masas de nuestro país.

La aparición y el desarrollo profundo de todo gran movimiento revolucionario están necesariamente precedidos de una lucha a gran escala en el campo ideológico y de una gran revolución ideológica.

En la historia de la revolución proletaria, cada gran debate es siempre el preludio y la señal de un salto revolucionario hacia adelante.

Los grandes debates ideológicos que se han dado en repetidas ocasiones durante los 17 años transcurridos desde la liberación de nuestro país, allanaron el camino para la locomotora de la revolución. La gran revolución cultural que se desarrolla actualmente, de una envergadura desconocida hasta el momento, es el presagio de un prodigioso desarrollo de la revolución socialista y de un nuevo gran salto adelante en la construcción del socialismo de nuestro país. Cuando el pueblo se levanta, suena la hora de la caída del enemigo. Las grandes masas de obreros, de campesinos y de soldados, así como los cuadros y los intelectuales revolucionarios, se han puesto de pie y los representantes de la clase burguesa, los «eruditos» y las «autoridades» de la burguesía están a punto de ser sacrificados.

El movimiento de crítica sin precedentes de la gran revolución cultural, anuncia una nueva y gran época que vemos en el horizonte, época en la que los 700 millones de chinos serán todos sabios y exigentes. Saludamos con las dos manos la aparición de esta gran nueva época.

 

 

Traducido por «Cultura Proletaria»

 

Editorial de «Renmin Ribao», 8 de junio de 1966

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