China, Revolución en la educación (2/4) (Documentos sobre la GRCP)

PARTE2LiKL111221036

 

La educación primaria

A- La revolución de la educación en una comuna popular

 

El sol proyectaba los primeros rayos sobre la comuna popular de Choueiyuan, distrito de Yingkeou, provincia de Liaoning. Los miembros del equipo de propaganda del pensamiento Mao Tse-tung ya estaban reunidos en la entrada de una de las aldeas. Con fotos del Presidente Mao y ondeando banderas rojas, estos campesinos pobres, mensajeros de la esperanza de todos sus hermanos de clase, iban a tomar la dirección de las escuelas de la comuna popular.

De acuerdo con la gran directriz del Presidente Mao: «En el campo corresponde a los campesinos pobres y medios de la capa inferior, los aliados más seguros de la clase obrera, administrar las escuelas«, las 24 brigadas de producción de esta comuna llevaron a cabo en las escuelas un sistema de administración, confiando la dirección a los campesinos pobres y medios de la capa inferior y teniendo en cuenta a los profesores y a los estudiantes revolucionarios. El hecho de haber subido, sin miedo alguno, al palco de la enseñanza, puso fin al reinado de los intelectuales burgueses en las escuelas y transformó radicalmente la educación en las zonas rurales.

 

 

El papel de los campesinos pobres y medios de la capa inferior en la transformación de la educación

 

La Gran Revolución Cultural Proletaria se lanzó a combatir la línea revisionista en materia de educación. La directriz del Presidente Mao: «Se debe hacer una revolución en la educación«, entusiasmó a los campesinos pobres y medios de la capa inferior así como a los profesores y estudiantes revolucionarios de la comuna popular de Choueiyuan y los instó a reflexionar. ¿Cómo hacer esta revolución en la educación? Al principio algunos maestros pensaron que, al estar los campesinos poco instruidos y serle extraña la educación, bastaría con configurar un programa y hacer que las brigadas de producción lo adoptase. Se encerraron entre cuatro paredes y trataron de trazar un nuevo programa y compilar textos. Había algunos que estaban contentos con los viejos manuales, a los que simplemente querían añadirle alguna cosa, eliminando además unas pocas líneas y, así, creían librarse del trabajo. Los campesinos pobres y medios de la capa inferior se limitaron a sacudir la cabeza diciendo: «No es una revolución, es sólo reformismo estéril«.

En ese momento, un equipo de propaganda del pensamiento Mao Tse-tung compuesto por miembros del Ejército Popular de Liberación (EPL) llegó a la comuna popular de Choueiyuan. A su llegada, el equipo ayudó a los maestros, se organizaron en grupos de estudio del pensamiento Mao Tse-tung y los invitó a prestar mucha atención a las enseñanzas del Presidente Mao: «Los obreros y campesinos son las fuerzas revolucionarias fundamentales» y «Si los intelectuales no se unen a las masas de trabajadores y campesinos, nada llegará«, así como a las recientes directrices del Presidente Mao sobre la revolución en la educación. Esto hizo comprender a los maestros que era necesario, para llevar a buen término la reforma en la educación, salir de las escuelas y convertirse en alumnos de los campesinos pobres y medios de la capa inferior.

Con la llegada del EPL, los profesores y los estudiantes revolucionarios de la comuna fueron a las aldeas y a los campos a estudiar y a aplicar de manera creativa el pensamiento de Mao Tse-Tung sobre la educación, criticar y repudiar la línea revisionista de Liu Shao-chi en el mismo campo. En el transcurso de las numerosas reuniones críticas, los miembros de la comuna popular, basándose en su propia experiencia y en un gran número de logros sensacionales, denunciaron y condenaron el antiguo sistema educativo.

La vieja dirección de las escuelas había levantado barreras sobre barreras ante los hijos de los campesinos pobres y medios de la capa inferior. Debido a que sus padres no podían ayudarles a estudiar las lecciones porque tenían que dedicarse a la producción y a los trabajos domésticos, muchos de ellos no tenían calificaciones satisfactorias. Aprovechando este hecho como excusa, los estudiantes fueron expulsados de las escuelas. Veamos lo que pasó en la escuela primaria de la brigada de producción de Tsiunli. De los 38 inscritos el primer año, sólo quedaron 5 al final de los seis años de estudio. Los otros 33 o bien habían repetido o bien habían abandonado. Todos eran hijos e hijas de campesinos pobres y medios de la capa inferior. En la brigada de producción «Primero de agosto», para las 28 familias de campesinos pobres y medios de la capa inferior, sólo había un graduado de segundo ciclo de la escuela secundaria, mientras que, para la única familia de campesinos ricos, había dos.

Los campesinos pobres y medios de la capa inferior, llenos de indignación, protestaron: «Nosotros, que en la antigua sociedad no teníamos los medios para poder ir a la escuela, pensábamos que, después de la liberación, nuestros hijos podrían beneficiarse de ella. Las puertas de las antiguas escuelas estaban hechas de cristal: se podía ver, pero no entrar. Las escuelas continúan al servicio de los propietarios y de los ricos que ejercen su dictadura sobre nosotros».

La educación intelectual prevalecía y las notas sobresalían en la antigua escuela. Los manuales no resaltaban la política proletaria o el pensamiento de Mao Tse-tung, sino que estaban repletos de nociones marcadas de feudalismo, capitalismo y revisionismo. En este sentido, los campesinos pobres y medios de las capas inferiores opinaban que «Cuanto más frecuenten nuestros hijos escuelas de este tipo, más se apartarán de la línea revolucionaria del Presidente Mao, y más lejos estarán de nosotros«.

Los campesinos pobres y medios de la capa inferior del equipo nº 5 de la brigada Wenken, habían enviado a un niño a la escuela con la esperanza de que pudiese trabajar con ellos tan pronto como terminase los estudios. Tres años después regresó al pueblo. Víctima de la línea revisionista en la educación, no le agradaba el puesto de contable que los miembros del equipo le habían encomendado y las cuentas que presentaba eran hechas sin el menor sentido. Con tristeza, los campesinos pobres y medios de la capa inferior dijeron: «Es una planta vigorosa, podrida en la vieja escuela«.

¿Cómo habían surgido estos problemas? Este enigma solamente fue descifrado durante el transcurso de la Gran Revolución Cultural Proeltaria. Fue Liu Shao-chi, ese traidor, el que había hecho que nuestras escuelas fuesen dominadas por intelectuales burgueses y que estos ejercieran la dictadura sobre los campesinos pobres y medios de la capa inferior.

La gran crítica revolucionaria muestra que el amor de éstos por el Presidente Mao es profundo, su odio a la línea revisionista implacable y, en consecuencia, que tiene pleno derecho a expresar sus opiniones sobre la reforma de la educación en las zonas rurales.

 

 

Cómo dirigen los campesinos la escuela

 

¡Los campesinos pobres y medios de la capa inferior deben dirigir las escuelas en los campos! La directriz del Presidente Mao, como un trueno de primavera, los llamó a actuar. Las diferentes brigadas de la comuna popular de Choueiyuan enviaron a las escuelas equipos de propaganda del pensamiento Mao Tse-tung. Un comité revolucionario en la educación reemplazó al director, que era el único responsable de la escuela. El presidente y el vicepresidente de este órgano de dirección son elegidos entre los campesinos pobres y medios de la capa inferior, que ocupan más de la mitad de los puestos. También están representados los profesores y estudiantes revolucionarios. Por lo tanto, los campesinos pobres y medios de la capa inferior retomaron el poder en las escuelas. Los nuevos dirigentes consideran como tarea extremadamente importante la destrucción del antiguo sistema educativo y la creación de uno nuevo. «La escolaridad debe ser reducida«. De acuerdo con esta enseñanza del Presidente Mao, redujeron a 3 años la duración de los estudios primarios y secundarios, que eran de 12 años. Crearon 20 escuelas con una escolaridad de 9 años y racionalmente asignadas, sin aumentar el personal docente ni comprar más material. Los hijos de los campesinos pobres y medios de la capa inferior pueden asistir a la escuela más cercana a su aldea. Bajo el nuevo sistema, un niño que entra en la escuela a la edad de 6 o 7 años, saldrá, después de nueve años de estudio, con 15 años. Es precisamente la edad para iniciarse en el trabajo productivo. Después de algún tiempo de trabajo práctico, algunos serán enviados a las escuelas superiores. Los campesinos, muy satisfechos con este nuevo sistema de educación, dicen: «Nunca antes hubo escuelas secundarias en nuestras aldeas. Se las debemos al Presidente Mao, nuestro gran dirigente, que nos llena de atenciones«.

El principio fundamental: «Poner la educación al servicio de la política del proletariado y combinarla con el trabajo productivo» es fuertemente seguido en la práctica. Teniendo en consideración las necesidades de la lucha de clases y la lucha por la producción en las zonas rurales, se decidió que las disciplinas de base serían: la política, el chino, las matemáticas, los conocimientos agrícolas fundamentales y la educación física bajo la forma de ejercicios militares. La física, la química y la biología se introducirán en el séptimo año. En todas las clases están previstas actividades culturales.

Los cursos de política están consagrados al estudio y a la aplicación de las obras del Presidente Mao. En 9 años de estudio, el estudiante debe leer detenidamente las Obras Escogidas de Mao Tse-Tung. Los textos más importantes deben ser estudiados repetidamente. Regularmente, deben llevarse a cabo «reuniones de estudio y aplicación«, durante las cuales los estudiantes hablan de lo que han aprendido en sus estudios, de los avances en la transformación de su concepción del mundo a la luz del pensamiento Mao Tse-tung. Los miembros de la comuna popular saben que el amor al trabajo es una de las cualidades inherentes a los campesinos pobres y medios de la capa inferior y que sus hijos no deben apartarse del trabajo productivo. En consecuencia, las vacaciones fueron suprimidas. 9 meses son consagrados al estudio, mientras que en los otros 3 meses del año, los estudiantes participan en el trabajo productivo y en la práctica social.

Los campesinos pobres y medios de la capa inferior saben formar a su joven generación. El tío Li lo explicó muy bien: «Nuestras escuelas no tienen como finalidad convertir a nuestros hijos en señores o dirigentes, sino en trabajadores rojos dedicados completamente a la construcción socialista y fieles a los principios de conducta de los campesinos pobres y medios de la capa inferior«.

No hay límite de edad para entrar en las escuelas. Para los exámenes, los estudiantes pueden elegir los temas, llevar sus libros para consultar y realizar debates y discusiones. Los maestros tratan de dar ayuda adicional a aquellos que tienen dificultades en sus estudios. Los mejores están autorizados a faltar a clase.

Es una regla en las escuelas convocar, cada dos semanas, una reunión que permita a los estudiantes dar sus puntos de vista sobre la educación, a los maestros hacer correciones a los estudiantes y, a ambos, llevar a cabo sus autocríticas. Esta práctica de estímulo mutuo permite a los estudiantes y profesores tener mayores progresos.

 

 

Cómo educan los campesinos a la joven generación

 

El pasado 2 de septiembre, una atmósfera solemne reinaba en la escuela de la brigada Wenkeh. Por todas partes se veían las consignas «¡Recordemos siempre la opresión de clase, no olvidemos nunca nuestros sufrimientos!» y «¡No olvidemos nunca al partido comunista, a quien debemos nuestra libertad! ¡No olvidemos nunca al Presidente Mao, a quien debemos nuestra felicidad!«. El equipo de propaganda del pensamiento Mao Tse-tung de la escuela había invitado a 17 viejos campesinos, que habían sufrido la opresión y la explotación cruel en la antigua sociedad, para dar una lección sobre la lucha de clases. Empezaron por una recepción, con los profesores y los estudiantes revolucionarios, de una «comida evocando los sufrimientos del pasado» compuesta por un caldo preparado con hojas y raíces de vegetales salvajes, alimentos de los campesinos oprimidos en la antigua sociedad. Después, los viejos campesinos contaron su amarga experiencia, y cómo habían sido brutalmente oprimidos y explotados. Cada una de sus palabras emocionó profundamente a los auditores y les dio una educación de clase de las más vívas. Se hizo lo mismo en otras escuelas. Los campesinos contaron a los jóvenes la historia de las aldeas, de sus familias y compararon su feliz vida de hoy en día con la miseria del pasado. Para asistir a las reuniones de crítica revolucionaria celebradas en las aldeas contra el enemigo de clase, los equipos de propaganda escogían a los estudiantes originarios de esas localidades para que nunca olvidasen la lucha de clases.

En el campo, la lucha de clases y la lucha por la producción son los mejores y más animados materiales de enseñanza. Los campesinos pobres y medios de la capa inferior son los mejores maestros. No sólo permiten la salida de los alumnos para recibir una enseñanza, sino que también invitan a miembros de la comuna poseedores de una rica experiencia práctica a dar clases. Por ejemplo, a elementos activos en el estudio se les pide conferencias sobre las obras del Presidente Mao y la aplicación práctica del pensamiento de Mao Tse-tung; a los jefes de la compañía de la milicia popular se les confía el entrenamiento militar; los campesinos veteranos y agrotécnicos dan cursos sobre los conocimientos agrícolas básicos.

Los campesinos, participando en la administración de las escuelas, experimentan profundos sentimientos proletarios por los estudiantes y les ayudan a elevar su nivel ideológico.

Wang Yong-Kia, estudiante de cuarto año, era considerado como el «peor» de la clase porque no le gustaba estudiar y discutía constantemente con los maestros. El tío Tchen, viejo y pobre campesino que se ocupaba de la escuela, le habló de su caso. Recordó los tiempos en los que el padre de Wang Yong-Kia, huyendo del hambre, llegó a Choueiyuan cargando con un niño, su hijo menor en ese momento, dentro de una cesta que colgaba del extremo de un palo. Este niño es descendiente de campesinos pobres y medios, es necesario educarlo. Esa misma noche, el tío Tchen fue a visitar a la familia Wang. Los padres, el niño y el tío Tchen evocaron los amargos sufrimientos de la vieja sociedad.

«Durante generaciones, nadie de tu familia tuvo la posibilidad de asistir a la escuela«, le dijo el tío Tchen a Yong-Kia. «En la vieja sociedad, tus dos hermanos mayores ni siquiera se atrevían a mirar a través de la puerta de una escuela. Tú, tú vives en la nueva sociedad y, gracias al Presidente Mao, puedes ir a la escuela. ¿Cómo puedes corresponder a las esperanzas que el Presidente Mao pone en ti si no estudias aplicadamente?«. La conversación se prolongó hasta altas horas de la noche.

Al día siguiente, la primera cosa que hizo Wang Yong-Kia fue buscar al tío Tchen y decirle lo que le quemaba en el corazón: «En la vieja escuela, lo que se enseñaba no me interesaba, y además, los maestros no eran amables conmigo. Por eso tenía esa actitud. Pero ahora, en la nueva escuela, prometo escuchar al Presidente Mao y convertirme en un estudiante de los cinco méritos«.

Los campesinos, administrando las escuelas, nunca están en la oficina. Van a clase o a trabajos manuales con los estudiantes. Si el aula está sucia, barren. Si los bancos y las mesas necesitan reparación, lo hacen sin demora. A menudo los vemos sentados bajo un árbol o junto a una pared estudiando las obras de Mao con los estudiantes y profesores revolucionarios, o hablando francamente con ellos. Este estilo de trabajo revolucionario constituye en sí una buena educación para profesores y estudiantes.

 

 

Escuelas nuevas, espíritus nuevos

 

La revolución proletaria en la educación dio a las escuelas de la comuna popular de Choueiyuan un aspecto totalmente nuevo.

Este sistema de nueve años se beneficia del reconocimiento y de la confianza de los campesinos pobres y medios de la capa inferior, que no tardaron en enviar a sus hijos a la escuela. No sólo se inscribieron los niños con edad escolar, sino también algunos que todavía no había llegado a la edad y aquellos que, por diversas razones, habían abandonado la escuela. El número de clases aumentó a 26 y el de inscripciones a más de mil. Los profesores y estudiantes revolucionarios ponen en primer lugar el estudio de las obras del Presidente Mao. A través del estudio y la aplicación práctica de estas obras, aman más que nunca a nuestro gran dirigente.

Con el firme apoyo de los campesinos pobres y medios de la capa inferior, los estudiantes también suben al estrado profesoral. Profesores y estudiantes se enseñan unos a otros, se ayudan mutuamente y avanzan juntos. Están juntos en los estudios, en los trabajos manuales, en las críticas revolucionarias, en el ejercicio físico y en las actividades culturales. En las sesiones organizadas para intercambiar experiencias sobre el estudio y la aplicación práctica de las obras del Presidente Mao, los profesores también critican sus propios errores y combaten su concepto del «yo» frente a los estudiantes, integrándose así totalmente en estos. Las relaciones entre profesores y estudiantes nunca fueron tan estrechas.

Ahora, la mitad de los maestros de las antiguas escuelas toman parte en el trabajo manual de los equipos de producción y aceptan ser reeducados por los campesinos pobres y medios de la capa inferior, mientras que la otra mitad enseña en las escuelas. Ambos grupos se intercambian después de un cierto tiempo. El nuevo sistema de educación liberó a los estudiantes del mundo restringido de las aulas. Se lanzaron a la práctica generalizada de la revolución y de la producción. La época en la que los jóvenes «permanecen sordos a lo que está pasando fuera y enfocan su mente en estudiar los libros de los sabios, está acabada para siempre«. La nueva generación de la popular comuna de Choueiyuan avanza a buen ritmo bajo la dirección indicada por el Presidente Mao: «Formarse en el plano moral, intelectual y físico para convertirse en trabajadores cultos con una conciencia socialista«.

 

PARTE2prc-1968-zhanluebushu002

 

 

B- La experiencia de una maestra rural (Por Tcheou Ming-Houa)

 

Antes de la liberación, en nuestra pobre aldea de Tangtong, la puerta de la escuela estaba completamente abierta para dos familias de grandes terratenientes, pero completamente cerrada para los campesinos pobres y medios de la capa inferior. Después de la liberación y debido a la línea revisionista contrarrevolucionaria en la enseñanza aplicada por el renegado Liu Shao-chi y sus agentes en la provincia de Kiangsou, muchos eran aún los hijos de los campesinos pobres y medios de la capa inferior que no podían ir a la escuela. A finales de 1964, la brigada de Tangtong decidió establecer una escuela primaria (mitad estudios, mitad trabajos agrícolas), invitándome a ser su maestra. Yo sólo había estudiado un mes en la escuela secundaria y, además, hacía siete años que me dedicaba al trabajo agrícola; había olvidado muchas cosas. ¿Cómo podría convertirme en maestra? Así que, a pesar de la insistencia de la brigada, no acepté. Más tarde, un campesino pobre me dijo: «Ming-Houa, antes de la liberación, nosotros, los campesinos pobres y medios de la capa inferior, sufrimos mucho por culpa de los terratenientes. Decían que éramos iletrados tanto los padres como los hijos y que no valíamos más que los animales. ¡Debes negar sus palabrerías y elevar nuestra moral!«. Estas palabras me hicieron reflexionar. Antes de la liberación, mi familia pasaba hambre constantemente. Sin el Partido Comunista y el Presidente Mao, ¿cómo podría haber recibido alguna instrucción y convertirme en lo que soy hoy en día? Hija de campesinos pobres, debía recordar siempre el sufrimiento de mi clase. Otro campesino pobre me dijo: «Si nosotros te encargamos esta tarea, no es sólo para que enseñes a leer a nuestros hijos, sino sobre todo para que te encargues de la dirección de los asuntos culturales«. Con la ayuda de todos, acabé por eliminar los prejuicios y decidí cargar con este peso, si es que lo era, para servir a los campesinos pobres y medios de la capa inferior.

 

 

Cambios radicales en la escuela: Horarios, Edad escolar, Períodos de matrícula, etc.

 

La escuela fue puesta en funcionamiento. Pero, de los sesenta y pico niños con edad escolar, sólo se inscribieron unos veinte, e incluso estos no venían con regularidad. Para intentar comprender esto, abrí el libro rojo de citas del Presidente Mao Tse-tung. En él leí: «Las masas son los verdaderos héroes, en tanto que nosotros somos a menudo pueriles y ridículos; sin comprender esto, no podremos adquirir ni los conocimientos más elementales«. Tomé entonces la decisión de visitar a los campesinos pobres y medios de la capa inferior y asistir frecuentemente a su escuela.

Un día fui a la casa de Tcheou Kien-ying, hija de campesinos pobres y que frecuentemente faltaba a la escuela. Su madre me dijo: «Ahora que el Presidente Mao abrió una escuela para nosotros, ¿quién no desearía enviar a ella a su a sus hijos? Pero, en nuestro caso, necesitamos a alguien que se ocupe de nuestra hija menor. Si Kien-ying fuese a la escuela, yo no podría ir a los campos«. Recuerdo la enseñanza del Presidente Mao: «Las filas revolucionarias deben cuidarse, tenerse afecto y ayudarse mutuamente«. Soy un melón unido al mismo tallo que los campesinos pobres y medios de la capa inferior. Sus dificultades son también las mías. Al día siguiente, muy temprano, fuí a buscar a Kien-ying a casa y, trayendo a su hermana en brazos, la llevé a la escuela. A partir de entonces, autoricé a los estudiantes a venir a la escuela con sus hermanos pequeños. No volvieron a perderse una clase.

Sin embargo, no todos los niños en edad escolar venían a la escuela. Me preguntaba por qué. En un día lluvioso, fui a visitar a Tchen Tsai-kieou, también hija de campesinos pobres. Su madre me dijo: «Soy delegada de las mujeres. Soy analfabeta y no puedo tomar notas cuando escucho un informe ni leer las instrucciones para utilizar los insecticidas. Me encantaría que Tsai-kieou fuese a la escuela. ¡Pero las clases son a horas fijas y es necesario alguien para hacer las tareas del hogar!»

«Deje a Tsai-kieou ir a la escuela«, le dije. «Que venga cuando pueda y yo me ocuparé de ella«.

Unos días más tarde, Tchen Tsai-kieou, muy feliz, vino a la escuela.

Fui de casa en casa para saber lo que pensaban los campesinos pobres y medios de la capa inferior. De ellos escuché: «Las inscripciones sólo lo hacen una vez al año. Aunque el niño tenga casi la edad requerida, todavía tiene que esperar al próximo año para poder ir a la escuela«. «Nuestros hijos ya no son nuevos y, dada la larga duración de los estudios, ¿que edad tendrían cuando terminasen?» «En el período de mayor actividad en el campo, los niños van a clases; cuando el trabajo disminuye, están de vacaciones«. Estas palabras fueron como flechas disparadas contra la línea revisionista en la educación y me enseñaron una profunda lección. De acuerdo a las enseñanzas del Presidente Mao y a las opiniones de los campesinos pobres y medios de la capa inferior, introduje cambios radicales en el servicio de los campesinos. De ahora en adelante, no hay ningún límite de edad para las inscripciones y estas siempre son aceptadas en cualquier época del año; los niños pueden estudiar durante el día, sólo medio día, o sólo por la noche; para los que faltasen a clase, la maestra irá a sus casas con el fin de ayudarles; eliminadas las vacaciones de verano y de invierno, la escuela sólo está cerrada durante los periodos de mayor actividad agrícola y en la Fiesta de la Primavera; un horario flexible permite que los alumnos se dediquen plenamente a los estudios durante la temporada muerta, tengan mayor libertad cuando las labores agrícolas sean permanentes y estén en los campos durante el período de mayor actividad; la duración de los estudios que era de seis años se redujo a un año, etc. Muchos campesinos pobres y medios de la capa inferior felices, me enviaron a sus hijos diciendo: «Una escuela de este tipo es lo que necesitábamos. Gracias al Presidente Mao y al Partido Comunista«.

 

 

Problemas disciplinarios e ideológicos

 

Algunos estudiantes eran muy traviesos, se peleaban y hacían barullo burlándose de la disciplina. Todas mis exportaciones a la buena conducta eran en vano. Sin saber qué más hacer, fui a ver a los campesinos pobres y medios de la capa inferior que de inmediato pusieron el dedo en la llaga: «Estos niños ahora tienen la suerte de ir a la escuela. Si no lo saben apreciar es porque no sufieron en la vieja sociedad. Para hacerles ver la disciplina, es necesario darles una educación de clase«. ¡Qué frase tan preciosa! Luego invité a viejos campesinos pobres a venir a comparar la amargura del pasado con la dulzura del presente. Luego estudié con los alumnos los «Tres textos más leídos» del Presidente Mao. Habiendo comprendido que se instruían para la revolución, se sometieron a la disciplina.

Formada en una escuela de viejo tipo, fuí contaminada por la educación burguesa. Adopté las viejas materias y los antiguos métodos de enseñanza. Los campesinos pobres y medios de la capa inferior me dijeron: «Ming-Houa, el Presidente Mao te pidió que formases trabajadores cultos con una conciencia socialista para nosotros. Pero tus alumnos no saber leer los libros del Presidente Mao, ni servirse del ábaco para hacer cálculos. ¿Para qué pueden ser útiles?«. Estas palabras me enseñaron una profunda lección y me llevaron a estudiar repetidamente la directiva del 7 de mayo del Presidente Mao. Modifiqué las materias y los métodos de enseñanza que estaban en vigor. Un curso, centrándose principalmente en la educación de clase, está dedicado ahora a las citas del Presidente Mao. En los cursos de cultura general, la política proletaria es puesta en primer plano: en el primer año se aprenden los caracteres de uso corriente en el campo; en el segundo año, el cálculo con el ábaco; en el tercer año, desarrollo de temas y registro de cuentas. Como carecían de manuales apropiados, empecé a escribirlos. Para fortalecer la revolucionarización ideológica de los estudiantes, con su ayuda, organicé etapas de estudio del pensamiento de Mao Tse-tung, combatí el egoísmo y repudié el revisionismo, llevé adelante el movimiento de triple lealtad (al Presidente Mao, a su línea revolucionaria proletaria y al pensamiento de Mao Tse-Tung). Además de esto, los llevé a participar en la Revolución Cultural y a criticar la ideología burguesa para curtirlos en la tormenta de la lucha de clases. A petición mía, algunos viejos campesinos pobres se convirtieron en maestros para la educación de clase, la producción agrícola, el cálculo con ábaco, la contabilidad y el entrenamiento militar. Todas estas innovaciones fueron bien acogidas por los campesinos pobres y medios de la capa inferior.

 

 

Las amenazas y las dificultades suscitadas por la línea revisionista

 

La revolución en la educación es una revolución profunda, una lucha feroz entre la línea revolucionaria proletaria del Presidente Mao y la línea revisionista contrarrevolucionaria en materia de educación.

En mayo de 1966, respondiendo al deseo de los campesinos pobres y medios de la capa inferior, hice, del estudio de las citas del Presidente Mao Tse-tung, el curso principal. Como era difícil en esa época encontrar el librito en las librerías, lo fotocopié. Los responsables comprometidos con la vía capitalista y otros enemigos de clase trataron de sabotear mi proyecto. «Nunca se han visto escuelas sin manuales«, decían mientras reían. Llegaron al punto de decirles a los estudiantes que hicieran huelgas. Pero los campesinos pobres y medios de la capa inferior me animaron: «El Presidente Mao es nuestro liberador. ¿Qué libros leeríamos si no leyésemos sus libros?«. Revalorizada gracias a su apoyo, no temí a nada más. Durante la segunda mitad de 1967, el enemigo de clase lanzó un nuevo ataque a nuestra escuela calificándola de «reformismo» y de «parche» a la revolución en la educación que habíamos emprendido. Ante esta dura prueba, volví una vez más a las citas del Presidente Mao Tse-tung y en ellas leí: «Este ejército tiene un espíritu intrépido; está decidido a vencer a todo enemigo y jamás se dejará someter«. Los campesinos pobres y medios de la capa inferior me animaron a no tener miedo y a defender heroicamente la línea revolucionaria del Presidente Mao. La enseñanza del Presidente Mao y el apoyo de los campesinos pobres y medios de la capa inferior reforzaron mi voluntad y reafirmaron mi confianza, lo que me permitió seguir avanzando en la dirección correcta. Si tenía problemas ideológicos en el transcurso de la revolución de la educación, los campesinos pobres y medios de la capa inferior me ayudaban; si encontraba dificultades, me apoyaban; si cometía errores, me criticaban y, cuando mi modo de actuar era correcto, me animaban.

Alimentados por el pensamiento de Mao Tse-tung y dirigidos por los campesinos pobres y medios de la capa inferior, los estudiantes crecieron rápidamente en la lucha de clases y su estado de ánimo experimentó un cambio radical. Por ejemplo, Wang Houei-Lin, hijo de campesinos pobres, participa activamente en la producción después de la escuela. Durante la temporada de cosecha, con las escuelas cerradas, los estudiantes trabajan en los campos y llevan las espigas de trigo que encuentran a los diferentes equipos de producción. Todo esto sin pedir ningún tipo de remuneración. Dicen: «Los seguidores de la causa revolucionaria trabajan para la revolución y no para las recompensas«.

Hace no mucho tiempo, el Presidente Mao nos enseñó: «En el campo corresponde a los campesinos pobres y medios de la capa inferior, los aliados más seguros de la clase obrera, administrar las escuelas«. Me comprometo a seguir las enseñanzas del Presidente Mao, a apoyarme decididamente, para gestionar mi escuela, en los campesinos pobres y medios de la capa inferior y a servirlos total y completamente.

Deja un comentario